Ukiyo-e: Deriva es una experiencia estética donde forma, color, luz, movimiento, sonido, materia, comprenden las modalidades de su deconstrucción misma: en esto radica su continente crítico, matérico y plástico. No por lo que actualiza en la inflexión estética sino por lo que en el presente-presencia resiste, interfiere, permanece, todavía como condición necesaria, así sea como velo, veladura, superficie, o que necesita de una piel para connotarse. O de un intersticio, una grieta, la cicatriz de un rayo para intercalarse y saber justipreciar no el sentido justo de una versión o de una interpretación, sino las opacidades de una apreciación, los entredichos, lo no dicho.

Se trata de una obra intrapersonal, interartística, y también interdisciplinaria y colectiva, donde la deriva de cada quien se hace matérica, auditiva, visual, pictórica, escultórica, se vuelve tejido, y cobra forma con la pauta convencional de los alfabetos, los sonidos, los colores, las formas, y los mil pliegues con que los materiales se resisten, se modelan, se modulan, admiten la alquimia de su transmutación. A ninguno de los autores de esta ópera ha debido abjurar de sus presupuestos, prejuicios, opiniones y doctrinas, y cada quien ha debido explicitarlos en su saber-hacer, en su manualidad más exquisita, en sus dispositivos y técnicas. Deriva ha vuelto explicita la deriva personal de cada uno de los participantes en esta obra única y peculiar.

«Galería El Leñero» Atlixco, Puebla.